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Foto del escritorEl Halcón

Comentario/editorial: La importancia de Venom y Black Flag en la música extrema.

Aclaro que voy a hablar de los discos debúts de ámbas bandas, pero no es una crítica como tal. Es una opinión, más que nada, del contexto en el que salieron, la importancia de su influencia y el legado que dejaron a futuro. Más adelante haré la reseña de cada uno por separado.





El metal extremo se entiende como la agrupación de varios subgéneros del heavy metal, principalmente más pesados y orientados a una agresividad o distorsión muy marcada. De los ejemplos más conocidos tenemos el thrash metal, el black metal y el death metal. Ya después podemos sumarle mil variantes, desde el grindcore, el d-shent, el metalcore, y un largo etcétera, cada uno con sus elementos propios. Todo este quilombo se resume en una escena de metal que fue forjándose a lo largo de los años, con cientos de bandas aportando su grano de arena (algunas más relevantes que otras) para consolidar todo un imperio, que es lo que vemos hoy en día. Una industria gigante que tiene para todos los gustos, ya sea en los países más representativos del movimiento como EE.UU, Alemania o todo Europa del norte, pero también toda la escena latinoamericana. En ambos mundos, hay una gran oferta de metal extremo, de bandas que tocan música influenciados por muchas bandas viejas para mantener ese legado y otras que tratan de innovar en un estilo que ya parece que tiene todo inventado. Claramente hubo un avance gigantesco a comparación de lo que podía vislumbrarse en décadas anteriores. Pero a lo que quiero llegar es a una pregunta: ¿ donde está la raíz de todo esto? Las respuestas pueden ser muchas, pero en mi opinión, hay dos protagonistas claros en esto, que lo hicieron todo desde las sombras: Venom, banda inglesa oriunda de New Castle, y Black Flag, los muchachos que vienen de California, EE.UU.


Formados casi al mismo tiempo a fines de los años 70´s (más precisamente en 1979), cada uno por separado tuvo su propia historia y actualmente se los tienen como una leyenda en su respectivo género. Black Flag son reconocidos ampliamente como uno de los pioneros del hardcore punk; Venom, por su lado, los iniciadores del oscuro black metal y también reconocidos como uno de los fundadores del thrash metal. Pero sacando los rótulos y los logros individuales, desde hace tiempo les veo muchas características similares a los dos grupos. Y sobre todo en sus inicios. Las dos bandas aparecieron casi a la par con un mensaje en común, o mejor dicho, un objetivo en común: llevar el sonido pesado a límites insospechados hasta ese momento. Nadie puede saber totalmente si fue intencional o no, pero los resultados están clarísimos. Ambos dieron un quiebre con sus discos debuts, le lavaron la cara al metal y punk hasta ese momento y llevaron las cosas a un lugar mucho más sombrío, y todo esto al mismo tiempo, en el mismo año. Me refiero a los trabajos "Damaged" (Black Flag, diciembre de 1981) y "Welcome To Hell" (Venom, diciembre de 1981). El contexto hasta ese momento era muy favorable para el metal; 1980 fue un año que dejó miles de discos que en su momento llevaron a muchas bandas a darse a conocer a un público más amplio; dar lo mejor de sí en material compositivo, o directamente a consagrarse como estrellas mundiales. Los ejemplos son muchos: AC/DC llegando a lo más alto con "Back In Black", Motorhead con el clásico "Ace Of Spades", Judas Priest conquistando el mercado americano con "British Steel", Black Sabbath renaciendo con "Heaven And Hell", Ozzy Osbourne saliendo a la cancha como solista con su "Blizard Of Ozz", todo el movimiento de la New Wave of British Heavy Metal, comandados por Iron Maiden y Saxon en su mejor momento y así puedo seguir con un largo etcétera. Actualmente todos estos trabajos que nombre son clásicos inmortales que cualquier heavy/rocker conoce y escuchó al menos una vez en su vida, por su parte, muchos de estos artistas siguen tocando las canciones de esos discos porque siguen vendiendo. En definitiva, fue un año de oro, literalmente. Uno de los mejores para toda la escena. Nadie se esperaba que tan solo meses después vendría otra revolución. Y no sería del agrado de muchos.




Con toda una escena en su mejor momento y con varios artistas de la misma en el top de las listas de los más vendidos, tanto Venom como Black Flag aparecieron desde el fondo de las cloacas con una propuesta que no tenía nada que ver con lo escuchado. Si todo el rock de 1980 fue orientado a la pesadez, pero manteniendo el buen gusto y el gancho comercial (en su mayoría), lo de estos tipos era todo lo contrario. Ya no estamos hablando solamente de un sonido pesado, sino mas bien de algo crudo y desprolijo, en el sentido mas extremo posible. "Damaged" y "Welcome To Hell" nos meten en un ambiente plagado de ruido, podredumbre y distorsión. Están pésimamente producidos, con un audio de mala calidad y unas canciones que no tienen lugar para la melodía y el buen gusto. Greg Ginn y Mantas (los guitarristas de ambos grupos) se ríen en la cara de cualquier guitarrista virtuoso y pirotécnico que hubiera hasta ese momento, su sonido está plagado de una distorsión enfermiza por encima de la técnica, riffs sucios y una velocidad que parecía querer pasar un límite que no estaba definido. Y acá encuentro otro parecido: ninguno era un instruído en lo suyo, eso se nota. Pero tanto Mantas como Ginn compensaban esa falencia con una fuerza y una genialidad llevada en la sangre, cada uno en su estilo. La furia de sus guitarras se escapa de los parlantes/auriculares y te llega al corazón, no te dan respiro en ningún momento. Dos visionarios adelantados a su tiempo que plasmaron una pared de ruido atronador que más adelante se perfeccionaría con el correr de los años. Pero en ese momento, era lo que tenían. Y bien que lo hicieron. A nivel general de cada disco, se notaba que ninguno de los músicos era muy versátil, pero absolutamente todos tenían una clara visión de lo que querían. Por el lado de Black Flag, era mostrar la cruda realidad de la situación en la que su país estaba inmerso en ese momento y tocar muchos temas tabúes o incómodos desde una lírica directa y sin vueltas. En vivo iban un paso más allá, con su frontman Henry Rollins dando saltos para todos lados, saliendo en cuero y provocando al público. Ir a sus shows era sinónimo de peligro. Por el lado de Venom, bueno, ellos querían hacer quilombo; generar shock. Esto se consiguió mediante unas líricas centradas en el satanismo, pero no visto como algo malo y prohibido, sino que lo veneraban y lo planteaban como algo buenísimo. Hay que aclarar que ninguno de sus tres miembros era un satanista, ni siquiera se lo tomaban en serio, era una cuestión de lograr incomodar al público. Sumado a este factor principal, le agregaron una puesta en escena de luces y unas vestimentas de cuero y artefactos de sadomasoquismo, al estilo Judas Priest, pero la diferencia estaba en que eran una masa de músculos. Detalles a parte, el objetivo de todos estos personajes era chocar con el rock como tal, darle una piña de aire fresco. Sin querer esa piña pegó tan duro que terminaron creando toda una escena alternativa.





Si bien los dos LP´s no vendieron cifras millonarias, ni tampoco estuvieron cerca de ventas favorables, a nivel impacto explotaron. Cada uno a su manera pero lo hicieron. El fuerte de Black Flag fueron los shows en vivo, logrando levantar la bandera negra de toda una generación; por su parte, Venom decidió esperar a no dar shows hasta llegar a lo más alto, pero apostaron a videos controversiales y dar algunas notas, mas que nada Cronos, líder y vocalista. Pero sin importar mucho estas estrategias, lo que fue definitivo es la influencia que generaron automáticamente. A los escasos dos años, en EE.UU e Inglaterra, comenzaron a aparecer un grupo de bandas que reivindicaban el espíritu de nuestros protagonistas. Por un lado unos pibes que estaban cansados de todo el hard rock/glam metal empezaron a tocar y a querer grabar su propio material, mucho más pesado y agresivo que la moda de ese momento. Me refiero a titanes como Metallica, Exodus, Slayer u Overkill en EE.UU, Voivod en Canadá y Sodom y Kreator en Alemania, que tomaron como punto de partida lo creado por Venom (sumado a Motörhead, Tank y Anvil) y decidieron darle forma. Comenzaba así el surgimiento del thrash metal. Un par de años más adelante Venom seguiría siendo vigente e influenciaría a las primeras generaciones de bandas de black metal y death metal. Por lo tanto, podemos afirmar que el trío favorito de Lucifer está detrás del surgimiento de tres subgéneros (thrash, death y black metal), que hasta el día de hoy son los de los más activos dentro del metal. Al mismo tiempo, muchos adolescentes frustrados con el gobierno de Ronald Regan (EE.UU) y Margaret Tatcher (Inglaterra) empezaron a formar su propia subcultura para desquitarse y poder transmitir un mensaje crítico mediante la música. Así empieza a gestarse el hardcore punk, con varias bandas formándose en ambos países, desde Adolescents hasta G.B.H, todas con un mensaje realista sobre lo negativo de la política y la sociedad. Incluso algunos quisieron dar un paso más y mezclar el hardcore con el thrash metal, encrudeciendo aun más ese sonido que ya de por sí era chocante. Nace de esta manera el crossover, de la mano de grupos como Suicidal Tendencies y S.O.D (Stormtrooper Of Death), todos ellos adoptando las enseñanzas de Greg Ginn y compañia. El esfuerzo no fue en vano, y de un año a otro, ya no solo el heavy metal clasico y el hard rock eran los estilos para el tipo duro; nació toda una subcultura de muchachos que estaban hartos de mensajes repetitivos, reinando en la basura y en lugares de mala muerte, como bares o antros, alejados de los mega estadios con luces y seguridad. El metal extremo estaba tomando forma sin que nadie supiera lo que estaba pasando. O mejor dicho, la música pesada estaba cambiando y ramificándose en estilos impensados hasta ese momento, de un año a otro y a una velocidad imparable. Y todo gracias al talento, esfuerzo, y sobre todo, actitud de dos grupos de desalmados.





Venom y Black Flag cambiaron el panorama y las reglas en 1981. Cerraron el año con un baldazo de agua fría que todavía cuesta quitarse. El legado que dejaron, sin tener la menor idea de ello, es digno de leyenda. En pleno 2020 tanto el metal extremo como el punk extremo sigue dando batalla con nuevas bandas, ideas y puntos de vista, tal como lo hacían a comienzos de los 80´s. Por todos esos logros que trascendió generaciones, les doy mis respetos a estos tipos, unos "distintos" en todo el significado de la palabra. Brindemos con un pack de 6 latas de cerveza en lo mas profundo del infierno.

Esta entrada fue hecha con colaboración y aportes de mi colega Marley Jevi.


Shows en vivo:


Venom - 1985


Black Flag - 1982





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