top of page
Buscar
Foto del escritorEl Halcón

Crítica: Rata Blanca - "Magos, Espadas y Rosas" (1990)

Géneros: hard rock; power metal; metal neoclásico


Miembros:

Adrián Barilari: voz

Walter Giardino: guitarra líder

Hugo Bistolfi: teclados

Gustavo Rowek: batería

Sergio Berdichevsky: guitarra rítmica

Guillermo Sánchez: bajo


Productores: Mario Sanguinet y Rata Blanca


Discográfica: Polygram Discos S.A


Lista de canciones:

01 - La Leyenda del hada y el mago

02 - Mujer amante

03 - El Beso de la bruja

04 - Haz tu jugada

05 - El Camino del sol

06 - Días duros

07 - Porqué es tan difícil amar

Bonus tracks de la versión en CD:

08 - Preludio obsesivo

09 - Otoño medieval




La entrada a los años 90´s tenía al heavy metal argentino en una situación favorable. Con el hueco dejado por V8 empezaron a surgir nuevos grupos que quisieron llevar para adelante una escena que todavía le faltaba mucho para estar acentada, pero que por esos años, empezaba a tomar forma a grandes pasos. Un puñado de pibes desconocidos armaron sus grupos y se mandaban a tocar con toda la energía y las ganas de traer al país el poderoso sonido del metal. Son los casos de bandas como Bloke (contemporánea a V8), Alakran, Lethal, Nepal, Kamikaze, entre otros. Y bueno, claro esta, los aclamados Hermética, Horcas, Logos y Rata Blanca; todas estas siendo las ramificaciones de ex miembros del mítico grupo fundador.



Esta última, la rata, fue la que contaba con el sonido más complejo de las 4. Si bien las composiciones de Walter Giardino (uno de sus fundadores junto con Gustavo Rowek, ex baterista de V8) fueron las mas amenas en cuanto a letras se refería,en lo musical, este joven guitarrista fue el primero en plasmar a nivel nacional la complicada forma de tocar del sub-género llamado metal neoclásico. No voy a adentrarme hoy a hablar de su historia, pero resumidamente es un estilo que mezcla el sonido distorsionado del heavy metal con las notas y las estructuras de la música clásica, siendo los guitarristas Ritchie Blackmore e Yngwie Malmsteen los fundadores y desarrolladores de esta variante. Lo que podía percibirse al escuchar un tema de Rata Blanca es que el sonido de la guitarra era potente, pero al mismo tiempo muy melódico y pulido, haciendo mucho énfasis en solos de guitarra muy difíciles que combinaban muchas técnicas de avanzada, velocidad y buen gusto. Podríamos decir que la imagen y objetivo que estaba forjando Rata era de sacarle todos los prejuicio que la gente tenía con el heavy metal por aquellos años, de solo ser sucio y agresivo sin otra cualidad. Al contrario, la banda al publicar su primer disco muestra otra forma de ver las cosas, que la pesadez puede convivir con la melodía y la técnica, y no solo lo demuestran con las canciones, sino que empiezan a ganar una gran popularidad y hacerse un nombre poco a poco, como se dejo en claro al presentarse en dos ocasiones en el teatro Ópera en 1989.



A pesar de un contexto favorable y tener una popularidad en ascenso, tendrían un inconveniente: Saúl Blanch, el vocalista, dejaba la banda por diferencias personales y necesitaban un reemplazo. Acá vino el verdadero despegue de la rata, ya que con la entrada del joven Adrián Barilari, el pico de popularidad del grupo subiría demasiado. El nuevo cantante traía un estilo muy parecido, en base, a lo que hacía Blanch, pero agregándole un poco mas de melodía a las notas gracias a contar con una voz mas trabajada, y no tan centrada en los agudos extremos que pegaba el ex vocalista. Con la banda nuevamente reformada, y con un Giardino en su mejor momento compositivo, que contaba con material ya pensado desde la salida del álbum debút, entran a grabar su segunda placa. A la primera se escucha una leve mejora en la producción, un sonido un poco mas definido, pero nada muy diferente al antecesor, que ya contaba con un buen sonido de por sí. Todos los instrumentos se escuchan casi igual, aunque le encontré dos diferencias mas marcadas; la primera fue un volumen mas alto en la voz al contrario que en el primer disco, cosa que se nota bastante, supongo que para resaltar la potente garganta del petiso Barilari; y en segundo lugar, que la batería esta muy abajo y cuesta apreciarla del todo, mas allá de que Rowek nunca fue un virtuoso de los parches. Pero en general, es una producción correcta a cargo de un productor que, al parecer, no tenía experiencia anteriormente.



Obviamente en lo que este álbum destaca no es en su sonido ni en sus efectos; sino puramente en las composiciones. Como mencione antes, Giardino estaba prendido fuego y se nota al mostrar una técnica que cada vez mejoraba mas y mas, sumado a una facilidad por componer temas memorables. En lo que respecta a los otros músicos, hay mucho mas protagonismo de los teclados, haciendo la base mucho mas definida que la guitarra rítmica lo cual deja en las canciones todo un ambiente mas épico, que pega muy bien con las letras. Hablando de las letras, se centran casi en su totalidad en historias ficticias sobre lo mágico, lo medieval y las típicas historias de guerreros, cosa que, a nivel particular, nunca me atraparon y no me interesan para nada. Esto muestra que las grandes influencias del sexteto fueron y serán siempre Deep Purple y Rainbow, quedando clarísimo en esta segunda entrega. Pero mientras el teclado gana protagonismo, los otros instrumentos lo pierden con creces, casi que resultando muy difícil distinguir a la batería, la guitarra rítimica y ni que hablar del bajo. Y bueno, no hace falta aclarar lo obvio: Walter se consagra como nuestro Blackmore/Malmsteen argentino, y Adrián se presenta al 100% de sus capacidades, logrando estar al nivel de un mismísimo Bruce Dickinson por momentos, dando sus primeros pasos para convertirse en el vocalista de rock mas conocido a nivel técnica en el país. Pero vamos a lo importante que, como dije, son las canciones: acá encontramos los dos ultra hits mas reconocidos de la banda, que por si sos un pibe que recién empieza con esto, o directamente un marciano, te recuerdo que son "La Leyenda..." y "Mujer amante", el primero siendo un tema bien al palo que cuenta con el solo mas recordado del guitarrista, y el segundo una power ballad. Esta formula de "tema rockero seguido de balada" era muy común en los 80´s, de la mano de Motley Crue, Poison o Dokken por poner ejemplos, cuyos discos vendían una fortuna en parte por contar con un tema rockero, directo y muy ganchero como sencillo, pero contrastado con una balada épica como segundo simple, cosa que lograba resultados muy favorables.



Sabiendo lo que estas dos canciones significan para nuestra cultura popular, me resta preguntar, ¿Son tan increíbles?. La respuesta, podríamos decir, es que en parte sí y en parte no. Dejando de lado toda la gran polémica respecto a que el solo de "La Leyenda..." es un plagio de uno de Yngwie Malmsteen, la realidad es que no existía para ese momento (o al menos no se tenía a otro visible) un guitarrista como Giardino en el país, que logre dominar la técnica suficiente para interpretar ese metal selecto tan complicado, y mucho menos que logre llevarlo al público mas masivo, no solo el rockero/metalero. El solo como tal, es impresionante, seria estúpido negarlo, pero también es cierto que las influencias del sueco guitarrista son más que obvias, por lo que si un tema así hubiera salido 10 años después, el impacto no seria tan grande. Por el lado de "Mujer amante" es tenida como una de las típicas baladas clásicas del rock argentino para poner hasta en cumpleaños, a veces tomada en cuenta como si fuera la mejor. Si bien, como tal, es una buena canción, y cumple su objetivo como tema lento, tampoco es la mejor del mundo ni la más épica. Su impacto fue, como dije antes, en un contexto donde no existía un cantante de la talla de Barilari que toque en una banda de heavy metal, por lo que automáticamente escuchar a este tipo tirando unas notas altísimas en ese momento, debió haber sido como tener nuestro propio "Still loving you", y la euforia provocada fue notable. Pero es eso, una buena balada, no la mejor ni la más épica de todas.



Afortunadamente, el disco no solo vive de estos dos clásicos. Todas las composiciones mantienen una calidad notable y están al mismo nivel, con una performance de cada músico muy por arriba de la media de lo escuchado en otras bandas. Lo mas destacable es el inicio con los dos hits, seguido de "El Beso de la bruja" y "Haz tu jugada", temazos con solos de Giardino y Bistolfi por todos lados, riffs muy atrapantes que están al límite de lo ganchero y lo complejo, y un felling tremendo de Barilari. A partir de ahí, el tono del álbum se vuelve mas épico y progresivo, con las extensas "El Camino del sol" y "Días duros", que si bien están muy bien conseguidas, son demasiado largas a mi parecer. Probablemente los momentos marcadamente mas aburridos. La primera directamente me parece eterna; tiene un aire y una estructura que me recuerda a "Gates of Babylon" de Rainbow, pero extendiéndola a 10 minutos, cosa que me parece al pedo. La segunda es un poco mas entradora, tiene unos buenos riffs de teclado y melodías, pero llegando a la mitad ya empieza a agotar, todo para que Walter meta otro solo complejo y rápido pero que no llega a ser la gran cosa y simplemente te lo olvidas rápido. Para finalizar, entramos en una sección puramente instrumental de la mano de "Porqué es tan dificil amar", "Preludio obsesivo" y "Otoño medieval". La primera era el cierre original en las versiones de vinilo y cassete, la cual es un tema lento y melancólico con un solo muy sentido del virtuoso guitarrista, y las otras dos se sumaron como temas oficiales para la salida en formato de compact disc, siendo también dos solos de guitarra, uno eléctrico y el otro acústico. Prefiero totalmente la primera versión, ya que los últimos instrumentales están presentes originalmente en su disco debut, y agregarlos porque sí a su segundo lanzamiento no suma nada, mas bien resta, ya que pudieron incluir alguna canción nueva, cosa que claramente tenían, y se ahorraban la impresión de quedar como unos vagos.



Quejas aparte, lo que resta contar es historia conocida. El trabajo se vendió mucho mejor que su antecesor, y disparo la popularidad de la banda a niveles increíbles. Pasaron de ser un grupo que estaba convocando cada vez mas, a sonar directamente todo el tiempo en la radio y pasar a tocar no solo en estadios como en Vélez, sino hasta en la televisión y boliches bailables. Magos... fue un punto y aparte para el metal argentino también. Rata lidero el movimiento en este periodo (solo siendo Hermética el grupo que los rivalizaba) y logro aportar una popularidad y, como dije antes, un nuevo estatus al género. Lograron demostrar que la música pesada podía llegarle a un público mas estándar, desde chicos y chicas del típico colegio privado que escuchaban Virus y Soda Stereo, hasta a una vieja de 60 años estilo doña rosa. En 1990 todos estuvieron hechizados por la magia de la voz de Barilari y las 6 cuerdas de Giardino. Si bien personalmente prefiero por lejos la primera formación, y sinceramente no creo que sea una obra maestra ni de cerca (como argumente arriba), con este disco y formación Rata logro consagrarse, pero mucho mas importante, termino de marcar un quiebre definitivo en la forma de tocar metal en el país. El legado de este trabajo fue muy importante, siendo influencia para músicos de todo tipo, pero mas que nada, obviamente, para guitarristas que hasta el día de hoy se matan para sacar el icónico solo de "La Leyenda del hada y el mago". Un clásico del metal que es obligatorio escuchar si querés conocer como era la situación en esa época.


Puntuación: 8/10


Directo al mp3: "La leyenda..."; "El Beso de la bruja"; "Haz tu jugada"; "Días duros"




15 visualizaciones1 comentario

1 Comment


Fran Bosco
Fran Bosco
Oct 20, 2020

Me gustó la reseña loco!.. Aguante el Dios Walter y toda la banda... Puro talento... Van a quedar para siempre en la historia del rock!!!

Like
bottom of page