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Foto del escritorEl Halcón

Crítica: Walter Giardino Temple - "Walter Giardino Temple" (1998)


Géneros: heavy metal; metal neoclásico; hard rock


Miembros:

Walter Giardino: guitarra

Norberto Rodríguez: voz

Pablo Catania: teclados

Martín Carrizo: batería

Rubén Trombini: bajo


Productor: Walter Giardino.


Discográfica: Sello Polygram.


Lista de canciones:

01 - Corte porteño

02 - Sobre la raya

03 - Los amigos del campeón

04 - Astróloga

05 - Héroe de la eternidad

06 - Azul y negro

07 - Cacería

08 - La danza del fuego

09 - El club de las almas perdidas

10 - Alquimia



Hablar de Walter Giardino es hablar sobre uno de nuestros indiscutidos "guitar heroes". Un talentoso desde sus inicios, el tipo fue el primero en "importar" el sonido y el virtuosismo de guitarristas como Ritchie Blackmore (Deep Purple; Rainbow), Michael Schenker (Scorpions; U.F.O) o Yngwie Malmsteen, darle su toque personal y traer un poco del buen gusto a la recién formada escena de heavy metal argentino. Seguramente habrá gente que diga que antes que él, o al mismo tiempo, ya había otros violeros con ese estilo; la realidad es que no tengo un amplio conocimiento del under en ese sentido, y si bien seguramente había otros tipos haciendo lo suyo, Walter fue el primero en darse a conocer y popularizar otra visión del guitarrista de rock en el país. El aporte que realizó con su virtuosismo, su velocidad y sus composiciones me parecen brillantes y cuando estaba iluminado podía dar momentos que llegaban a lo más alto. Más allá de que en ocasiones se note desmedidamente sus influencias y que haya solos casi calcados de otros guitarristas, son pocos estos momentos donde no le quedo otra que repetir, ya que en la mayoría del tiempo nos brinda su propio despliegue de ideas. Su trabajo como líder en su banda mítica Rata Blanca ya lo conocemos, está plagado de grandes entregas como otros de medio pelo, pero eso va a quedar para otro momento. Hoy quiero concentrarme en su, digamos, primer disco solista disfrazado de nueva agrupación, homenajeando como siempre al señor Blackmore, en este caso desde el título. Cuando el ex Deep Purple publicó el primer disco de Rainbow bajo el nombre de "Ritchie Blackmore´s Rainbow". Acá la historia se repite, 23 años después y en Argentina.


Para 1997, Rata Blanca cambia de cantante para grabar el álbum "Rata Blanca VII", que obtuvo una pésima recepción de los fans. Con el grupo en su peor momento comercial y tratando de incorporar otros estilos que no resultaron, tanto Giardino como Guillermo Sánchez (bajista de la Rata) deciden terminar con el grupo, luego de la partida del otro miembro fundador, el mítico Gustavo Rowek. A inicios de 1998, con la banda ya disuelta, nuestro protagonista decide empezar de cero con su propio proyecto personal, orientado a volver a las raíces y recuperar su lugar de prestigio. Con la incorporación de nuevos músicos, entre ellos el joven baterista sensación de aquel momento, Martin Carrizo (conocido por formar parte de A.N.I.M.A.L desde 1994 hasta 1997), graba este debut y único LP hasta la fecha. Desde la portada con esa Fender Stratocaster en primer plano el mensaje es claro: Giardino en su estado puro, en el lugar donde más cómodo se siente. Y eso se nota a lo largo del trabajo. Hay un aire de relax, de que los temas se dieron de manera natural y con un buen clima entre sus integrantes.




Empezamos heavy de entrada con el corte de difusión "Corte porteño", con Walter metiendo un riff rápido desde el primer segundo, marcando el camino a seguir. Norberto Rodríguez hace su entrada como un buen sucesor del estilo vocal al que nos tenía acostumbrados Barilari o el mismo Saúl Blanch (cantante del disco debút de Rata), pero dándole un toque personal más rasposo, por así decirlo. No es un cantante que meta agudos todo el tiempo, sino que hace un balance entre una voz melódica, pero fuerte y calmada por momentos. Seguido entra la base a todo gas de Rubén Trombini y Martín Carrizo, sin mucho que decir la verdad. Carrizo hace un trabajo sobrio, sin fallas: no hace gala de todo su potencial, pero deja en claro su excelente nivel como baterista al adaptarse a un estilo completamente diferente a lo que tocó en A.N.I.M.A.L. Acá ya no hay lugar para el groove y los golpes pesados, sino que tuvo que acelerar la velocidad y servir de base para los riffs y solos ultra veloces de Walter. Por su parte, se adapta de forma espectacular, logrando sonar conciso en toda la placa. En el caso del bajista, claramente es el instrumento que menos se oye. Si bien, escuchándolo con buenos auriculares se notan sus lineas de bajo en varias canciones, queda opacado por los demás instrumentos, sobre todo por la Stratocaster y los teclados. Sin embargo, alguien como Giardino no traería ni a gancho a un bajista promedio a su proyecto personal, y queda claro que para hacerle la base a un virtuoso, como mínimo tenes que dominar tu instrumento. Más allá del poco protagonismo del bajista, hace una buena base que sostiene, sobre todo, en los solos de guitarra. Pablo Catania en teclados también logra un buen trabajo, siendo otro claro protagonista para darle las ambientaciones a cada tema, dependiendo de las necesidades de cada uno de ellos, a veces con mayor hincapié en los lentos más que en los vertiginosos. Y bueno, por último, ya todo se sabe del protagonista de esta historia, se la pasa desbordando virtuosismo y técnica de manera constante.


Pero me estoy yendo para cualquier lado, cuando estaba comentando los canciones. Después de la apertura, le siguen una trilogía que considero, son las mejores del disco. "Sobre la raya" es un hard rock simple y directo, con un riff nada rebuscado que ya lo escuchamos mil veces, pero Giardino, como siempre, le busca una vuelta de tuerca para hacerlo llamativo. El solo de este track desborda esa soberbia que tiene Walter y que, en muchas ocaciones, cae mal. A mi particularmente no me molesta, me parece un tipo que tiene con que hacerse el guapo, y si da notas en medios y sale al escenario con una actitud un poco sobradora, brindo por eso. En este caso la letra es casi obvia desde el título, hablando de las grandes sensaciones que provoca estar tomando cocaína. Ya que estamos, en el ámbito de las letras no hay mucho para destacar, ya que son los tópicos clásicos que se esperan del guitarrista, nada muy distinto a lo que eran los primeros trabajos de Rata Blanca (amor, mujeres, mensajes de no rendirse, batallas épicas y algo de magia por ahí), por lo que no voy a detenerme en cada uno de los temas para comentar la lírica. A continuación viene "Los amigos del campeón" con uno de los mejores riffs de la carrera del músico, el ambiente se torna más pesado y tenemos un aire muy a la Judas Priest. El estribillo es increíble, con un Norberto llevando sus vocales a una gran exigencia. Lo único raro es que te esperas un solo épico a la mitad del tema, pero no aparece, en su lugar tenemos un interludio un poco más atmosférico entre guitarra y teclado, muy bien logrado y con aire de misterio. Luego de dos mazazos, se viene la calma con, quizás, el mejor tema del trabajo. "Astróloga" es una de las mejores power ballads que escuche en general, Giardino vuelve a ese aire estilo "Mujer amante" o "Noche sin sueños", pero con un resultado mucho mejor logrado en mi opinión. Si bien es una letra que nos vuelve a hablar de un romance, la atmósfera de calma y epicidad que logran todos los músicos esta tan bien lograda (sobre todo la voz) que te mete de lleno en su historia y te da una tranquilidad total. Quizás es el hecho de que baladas como las que nombré anteriormente estén tan quemadas, que a algo diferente le das otra valoración, pero claramente me parece que su resultado final está mucho mejor conseguido que en "Mujer amante". La calma no dura mucho porque automáticamente vienen con "Héroe de la eternidad", la canción más Rata sin lugar a dudas, y tiene mucho sentido que así lo sea ya que es una composición vieja de Walter, de los inicios de su anterior banda, que nunca la grabó y es usada en esta ocasión. Es un tema pesado con un machaque y un solo marca de la casa, con teclados que enfatizan mucho la base y donde más se destaca este instrumento, sin embargo da una sensación mas genérica que las anteriores composiciones. Le sigue la balada es "Azul y negro", otra que quedo como un clásico de este debút. A mi particularmente no me genera nada, me parece que no está al nivel del tema meloso anterior, pero bueno, eso no quita que esté bien tocado y cumpla su objetivo. Solo que no dice absolutamente nada. El disco vuelve a remontar con un dúo puramente de metal neoclásico. "Cacería" es una canción rápida, con la batería de Carrizo a puro galope ironmaidenesco, y que nos deja el solo más sacado y a mil por hora de Giardino, que dura aproximadamente un minuto y es brillante. "La danza del fuego" es el infaltable instrumental, pura influencia del maestro Malmsteen, con un Walter prendido fuego y haciendo gala de su talento. El final del trabajo empieza de la mano de "El club de las almas perdidas", claramente lo más flojo de todo el álbum, una pieza aburrida que no logra entretener. Afortunadamente, el cierre definitivo de la mano de "Alquimia" vuelve a subir la calidad y termina la placa con un buen sabor de boca, un buen riff pesado, arpegios y escalas espectaculares, sumados a una interpretación vocal que cumple muy bien.





Para ir cerrando, estamos frente a un disco que tiene su valor más que nada por ser la resurrección de uno de los guitarristas más conocidos del país en un momento muy difícil. Hoy en día es un clásico de culto, y si bien muchos lo consideran lo mejor de la carrera de Giardino, tampoco es una obra maestra. Es cierto que se lo nota mucho más enfocado que en el último tiempo de Rata y que sus dotes de virtuosismo están prendidas fuego, pero la realidad es que hay algún que otro tema que pasa desapercibido y no da un resultado tan perfecto. De la producción no dije nada porque es estándar, digamos, cumple con lo que uno se esperaría del trabajo solista de un músico que ya tiene experiencia en el medio. Todos los instrumentos se escuchan excelentemente, salvo el bajo que no tiene ni un minuto para lucirse. Dejando eso de lado, si sos fan a muerte de Rata Blanca y no conocías este disco, ya mismo anda a escucharlo, te va a encantar. Y si no sos muy simpatizante del italiano, o directamente no conoces nada de él salvo los hits de Rata, dale una oportunidad que no te va a defraudar.


Puntuación: 8/10


Directo al Mp3: "Sobre la raya"; "Los amigos del campeón"; "Astróloga"; "Cacería"; "Alquimia"




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