Géneros: Funk; Jazz Rock; Soul; Reggae
Miembros:
Eduardo "Willy Crook" Pantano: voz; guitarra; saxofón
Juan Miguel Valentino: guitarra
Timothy Cid: batería
Jorge Pasquali: bajo
Carlos "Patán" Vidal: teclados
Miguel Ángel Tallarina: trompeta
Bebe Ferreira: trombón
Invitados:
Samalea: batería en "Seen sin"
Guillermo Trapani: órgano en "Seen sin"
Productores: Daniel Melingo; Crook
Discográfica: Sello DBN
Lista de canciones:
01 - Seen sin
02 - Big ting
03 - Lite
04 - Soul driver
05 - Je t'aime (cover de Jane Birkin and Serge Gainsbourg)
06 - Brass fury
07 - Kings
08 - Something very dancing happens in God's car
09 - Play your game
10 - Family jam
11 - 40 Flores
En Argentina hay una especie de tradición medio extraña de alabar a ciertos músicos como lo más grande que hay, dándoles el estatus de intocables y de semidioses, con álbumes perfectos que no cuentan con ningún tema malo; y, ojo, no llegues a criticarlos porque en cualquier momento aparece su ejército defensor a decirte que no entendés nada, ni sentís el rock en la sangre. Y, en el peor de los casos, te putean como si fuera algo personal, siempre acompañado de un "no podes opinar porque no lo viviste" (esto mas que nada gente de 40 para arriba, defendiendo alguna banda clásica a la cual vio en vivo una vez). Al mismo tiempo, esta pasión desmedida provoca que otros artistas, que no tengan la popularidad suficiente, queden relegados al olvido y, en algunos, casos casi al total desconocimiento de la mayoría del público. El caso del señor Crook es uno de estos; por suerte no quedó como un desconocido, porque tiene su buen numero de seguidores y gente que lo respeta, pero sí es un artista que debería tener más reconocimiento del que tiene.
Eduardo Pantano fue saxofonista y músico invitado en bandas de gran importancia en la década de los 80´s, como Los Abuelos de la Nada, Riff y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, grabando con estos últimos sus primeros trabajos ("Gulp" de 1984 y "Oktubre" de 1986). Luego a mediados de los 90´s empieza su carrera solista, concretamente en 1997 forma su proyecto: "Los Funky Torinos". Al no ser un miembro oficial de las bandas anteriormente mencionadas y tocar un instrumento que no era protagonista como la guitarra o la voz, su popularidad no llego ni de chiste a la altura que tuvieron varios de sus excompañeros, sin embargo se nota que es un músico de gran talento, una de esas joyas ocultas que tenemos. Tengo que admitir que en los géneros como el funk o el jazz, no soy un conocedor; es más, recién ahora estoy adentrándome en el tema y quiero ir de a poco conociendo más hasta poder dar críticas interesantes sobre estilos que claramente tienen mucho para ofrecer. Cuando hablo de funk, me refiero al de artistas de los 60´s y 70's, como James Brown, no tanto a bandas estilo Red Hot Chilli Peppers. ¿Y que carajo hago hablando de estos géneros si no los conozco entonces? ahí quiero llegar, justamente Willy Crook fue mi puerta de entrada para adquirir el interés de conocer esta música. Espero que para los lectores, que también desconocen estos géneros al igual que yo, pueda servirles si tienen ganas de ir aprendiendo de todo un poco, al igual que nosotros. Creo que ese es el objetivo de este blog al fin y al cabo, recomendarse cosas mutuamente.
Sin desvariarmes mas, en este disco tenemos un buen gusto presente en las 11 canciones que lo conforman: desde reggaes interesantes como "Big Ting" y "Brass Fury", hasta instrumentales onda jam session, como "Kings" y "40 flores", que muestran ese virtuosismo acompañado de una relajación espectacular, ideal para estar tomando unas pintas en el bar. A rasgos generales es eso, un álbum de músicos virtuosos mostrando la calidad de varios instrumentos (sobre todo mucho hincapié en instrumentos de viento), pero con un feeling y estilo notable; a destacar los momentos con los teclados y los solos de saxofón de Crook, que le dan a los temas ese toque especial, logrando que no te aburras. Las guitarras, tanto de Willy como de Valentino, son sutiles y calmadas, a veces logrando buenos riffs, como en "Je t'aime" y en la mayoría de las veces sirviendo de base rítmica para acompañar los otros instrumentos, es decir, acá las guitarras no son protagonistas, pero el ambiente que le dan a los temas es excelente; a veces hasta hay momentos psicodélicos. Si tengo que quedarme con alguno, quizás sea "Seen Sin", el único en contar con un vídeo, ya que es el más redondo y engloba bien la esencia funky clásica de la banda, con un ritmo magistral. Ah, y las vocales de Willy son lo que termina de definir todo; tiene una voz grave, que medio rota al estilo Dire Straits, lo cual acompaña bien la onda relajada del disco. El trabajo de producción, en compañia de Daniel Melingo, cumple; cada instrumento se escucha perfectamente. Aunque el audio se oye viejo, lo cual seguramente esa haya sido la intención, por el tipo de música. Sacando eso, el laburo de Melingo es prolífico y se esperaba eso de un artista de renombre dentro del rock argentino, que para esta época estaba adentrándose en el tango.
En conclusión, Willy y sus Torinos no fallan en darte calidad y buen gusto, que vuelvo a decir, es lo que define el trabajo. Se nos ofrecen grandes melodías y momentos instrumentales, en un disco que es parejo y no tiene desperdicio; la crítica esta hecha más que nada para hablar un poco de bandas que han quedado algo relegadas a comparación de otras y que casi no tienen a boludos hablando sobre ellas en Internet, y para eso estamos nosotros, porque se lo merecen y este es el caso de los toros.
Puntuación: 8
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