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Foto del escritorMarley Jevi

Doom metal 2018-2020 Parte III: Candlemass - "The Door to Doom" (2019)

Actualizado: 25 jun 2020

Lista de temas:


01 - Splendor Demon Majesty

02 - Under the Ocean

03 - Astorolus - The Great Octopus

04 - Brifge of the Blind

05 - Death's Wheel

06 - Black Trinity

07 - House of Doom

08 - The Omega Circle




Origen: Estocolmo, Suecia

Discográfica: Napalm Records


Cuando hablamos de Suecia, lo primero que nos viene a la cabeza probablemente sea unas hermosas montañas, un país en el que parece que no existe ningún problema, mucha gente rubia, vikingos y, a los que nos gusta la música, heavy metal o ABBA. Hay que reconocerlo, en los últimos años Suecia se ha convertido en la nueva potencia de la escena metalera global, a la misma altura que Alemania y EE.UU. Lo cual se hace evidente cuando repasamos las principales bandas de este país y descubrimos que son grupos que, hoy en día, gozan de gran renombre en el resto del mundo. Si no me crees, acá te van unos nombres: Sabaton, Amon Amarth, In Flames, HammerFall, Therion, Ghost, Enforcer, entre otros. Además, según el reconocido sitio Metallum (que es como una Wikipedia de heavy metal) el país escandinavo cuenta con 428 bandas de metal por cada 1 millón de habitantes (lo cual es un número muy alto comparado con otros países). Entonces tenemos una enorme cantidad de músicos inmersos en el género, muchas bandas de renombre y una gran cantidad de festivales de música pesada masivos concentrados en el poco poblado país noreuropeo. Sin embargo, esto no siempre fue así, en los años 80's, mientras todas los reflectores apuntaban a Inglaterra o EE.UU., surgirían 2 grandes bandas suecas que cambiarían la forma de hacer metal en las proximas decadas: Candlemass y Bathory. Hoy, obviamente, voy a hablar de la primera y su último lanzamiento The Door to Doom.



En 1986, un grupito de 5 pendejos suecos sacan su disco debut Epicus Doomicus Metallicus, bajo el pequeño sello Black Dragon. Los primeros meses fueron un desastre a nivel económico, lo que les valió una patada en el culo de la discográfica y que el vocalista Johan Längqvist deje la banda, a pesar de la insistencia de sus compañeros. Pero, no todo estaba perdido. El disco tenía un sonido diferente a todas las demás bandas europeas, había tomado las enseñanzas de Black Sabbath, Pentagram o Trouble y las había llevado a otro nivel. Candlemass había elaborado una propuesta más densa, más pesada y más lenta que sus antecesores y les había agregado unas oscuras vocales operísticas. Lo cual fue una verdadera innovación para su época, con los años el álbum fue reeditado un sin fin de veces y hoy en día es visto como un clásico del doom metal, su propio titulo dio nombre a una corriente dentro del subgénero que hasta la actualidad es una de las más representativas del mismo: el epic doom metal (traducción del supuesto "latín" de "epicus doomicus metallicus"). Con la salida de Längqvist, entra a la banda el talentoso vocalista Messiah Marcolin, estableciendo así la formación clásica del grupo. Sin embargo, luego de tres exitosos discos la banda entra en un período errático, con 2 parates y una enorme cantidad de músicos yendo y viniendo. Por suerte en 2018 los planetas se alinearon y el dios del doom metal se acordó de uno de sus más grandes campeones, luego de tres décadas Längqvist vuelve a Candlemass, que ahora pasará a estar compuesta por: el eterno Leif Edling, bajista y miembro fundador, Mats "Mappe" Björkman, guitarrista rítmico desde los inicios de la banda, Lars Johansson y Jan Lindh, guitarrista líder y baterista de los discos clásicos. Las condiciones estaban dadas, las expectativas de los fans eran altas y su discográfica, Napalm Records (el sello de heavy metal más importante de Europa en la actualidad, junto a Roadrunner Records), se había encargado de hacer una importante "campaña publicitaria" por su nuevo disco. Todas las miradas apuntaban a esa banda de ahora 5 vejetes suecos que le habían dado una vuelta de tuerca al género hacía 30 años y que volvieron con todo. The Door to Doom es uno de los mejores trabajos discográficos del año 2019 (un gran año para el metal), representa una vuelta a las raíces, pero sin sonar para nada under, el sonido tiene una producción de la puta madre y eso se nota en todo momento. Destaco el trabajo de Marcus Jidell (productor) y del experimentado Svante Forsbäck (masterizado de este trabajo y muchos otros más en bandas europeas de renombre como Sonata Artica, Tarja, Entombed A.D., Ensiferum, Lost Society, etc.), que logró que el sonido del álbum sea tan reconocible y comprador, es un disco fácil para engancharse y disfrutar. ¿Qué nos propne Candelmass en esta placa? lo que uno espera cuando escucha una banda de epic doom metal: un sonido oscuro, pesado, consisto y arrollador. Es una aplanadora que te va pasando por encima de a poco, progresión a progresión, canción a canción. "Splendor Demon Majesty" abre el disco, empieza con un riff típico de una banda doom, pero pasando el minuto la canción pega un giro y aumenta la velocidad, dando paso a la maravillosa voz barítono y algo áspera de Johan. El tema tiene un estribillo pegadizo y un solo bastante interesante, pero no es nada del otro mundo, además, tiene unos sintetizadores entre los versos que suenan medio chotos, no quedan bien a mi parecer. Lo realmente bueno viene con el track 2, "Under the Ocean" levanta el disco de una patada, cuenta con una intro guitarra acústica y eléctrica relajada, que nos va preparando para un riff arrollador que cambia el estilo del tema abruptamente. La melodía acompaña perfectamente al denso ritmo, ambos elementos combinados crean una atmósfera siniestra acorde a la temática oscura de la canción. "Under the Ocean" nos describe un tétrico escenario subacuático ambientado en un pozo sin fin, que conecta nuestro mundo con el infierno y del cual emerge una legión interminable de muertos vivientes, dispuestos a acabar con la vida en la tierra. Es probable que "Astorolous - The Great Octopus", track 3 del disco, este relacionado con el tema anterior, debido a la similitud conceptual. En este caso, la canción nos presenta a Astorolus, un pulpo sobrenaturalmente gigante y obviamente inspirada en Cthulhu (personaje perteneciente al universo ficticio del autor de horror cósmico H.P. Lovecraft), pues no esta "ni vivo ni muerto" y vive en lo profundo del océano, que tarde o temprano acbará devorando al planeta. A su vez está relacionado con la mitología griega, ya que se lo reconoce como el "guardian de Nyx", la diosa helénica que representa la noche. Pero no es el único dios que aparece en el tema, ya que cuenta con la participación de la leyenda viviente Tony Iommi, que toca el segundo solo (buenísimo, por cierto) y también aparece en el video musical. "Astorolus..." fue lanzado como single y no ha pasado desapercibido bajo ningún termino, casi gana un Grammy al "Mejor Interpretación del Metal", siendo la única banda nominada que no era estadounidense, pero lamentablemente fue derrotado por "7empest" de Tool. Desde mi punto de vista, es un autentico T-E-M-A-Z-O, de los mejores del 2019 y el mejor del álbum, tiene todo: un riff denso y asfixiante, un estribillo de esos que te vuelan la quijada de una piña y unos solos muy piolas, es perfecto para ponerlo al palo en el estéreo y que se vaya todo a la mierda. Destaco la base rítimica de la canción y el talento de Johan Längqvist para transmitir esa sensación desesperanzadora tan propia del subgénero. En una linea similar en el disco nos encontramos a canciones como "Black Trinity", que cuenta con un solo tremendo acompañado de un riff de la guitarra rítmica lleno de "agallas", y "House of Doom". Este último es una declaración de principios, el tema empieza abriendo con un sonido de lluvia y relámpagos, haciendo una clara referencia a esa mítica banda que empezó todo y a la que Candlemass debe tanto (por si no la cazás, alude a Black Sabbath y su tema homónimo). También tenemos lugar para la experimentación y no ir tanto a lo seguro, en ese sentido, destaco a "Bridge of the Blind" y "The Omega Circle". El primero me parece genial, es una especie de balada acústica bastante melancólica con coros emotivos, aunque si revisamos los acordes y los imaginamos en una guitarra eléctrica afinada un tono abajo, nos damos cuenta que es un típico tema de doom metal. Una balada doom, toma pa' vo. Por su parte, "The Omega Circle" es el cierre perfecto para este disco. Es un tema de poco más de 7 minutos que combina todos los elementos que encontramos a lo largo del trabajo y que tanto disfrutamos de este subgénero, hay riffs pesados y sólidos, vocales medio operísticas y épicas, pero también hay cambios de ritmo y tono de voz, pasajes instrumentales interesantes e intercalación entre guitarras acústicas y eléctricas. Como resultado tenemos un tema icónico e interesante, uno de los mejores del trabajo.

A grandes rasgos, lo que podemos decir de The Door to Doom es que es un muy buen disco. Sabe como captar la atención de nostálgicos y amantes del subgénero, los temas generalmente van a lo seguro y la vuelta del cantante original se explota bastante bien como recurso de presentación, lo cual se nos hace obvio desde que vemos la portada (muy "badass"), que claramente refiere al disco debut, ya que son muy parecidas entre sí. Pero esto no quiere decir que Candlemass viva del pasado y no se arriesgue, aquellos que buscan un disco ultralento y pesado, típico del doom metal, no lo va a encontrar acá, temas como "Splendor Demon Majesty" o "Death's Wheel" suben un cambio y aumentan la velocidad, sin perder consistencia o pesadez, pero que nos presentan otra faceta musical, sin necesariamente salirse de su estilo tradicional. Como dije antes hay lugar para una balada (cosa casi extinta en el metal), bastante poderosa por cierto y temas con una pequeña dosis progresiva. Los tipos no inventan nada nuevo, pero valoro que una banda que ya nos dio e innovó como para tirar manteca al techo en sus años de gloria siga haciendo música con alguna sorpresa y no nos venga con el cliché de siempre. Este balance entre lo clásico y esperable con lo jugado hacen de The Door to Doom una placa muy interesante y entretenida. Disfrute mucho escucharlo y la verdad es que si lo veo en Parque Rivadavia me lo compro sin pensarlo. Con esto tampoco estoy diciendo que sea un disco que te va a volar la cabeza, pero es genuino y demuestra la ambición de una banda que todavía tiene mucho por decir, creo que esta es la antesala a trabajos mucho mejores. Si con el pasar de los años esta corazonada que acabo de escribir no se cumple, no me importa, estos tipos ya nos dieron mucho a los metaleros de todo el mundo y si siguen con este nivel compositivo, estaría igualmente satisfecho con lo que presenten. No fascinado, pero si muy satisfecho. Ojo, con esto no estoy diciendo que los últimos discos sean malos, no los escuché todavía. Como quiera que sea, el último disco de Candlemass no es un "regreso", pero se siente como si así lo fuera, no es un álbum que pasa desapercibido en la carrera de una banda, han llamado la atención de la prensa especializada y los fans de todo el globo por su calidad y su gancho, confió en que van a saber aprovecharlo. Igualmente, no es algo que deba sorprendernos, después de todo estamos hablando de los "embajadores de la perdición" (ebassadors of doom) haciendo lo que saben hacer y continuando el trabajo que vienen haciendo desde hace casi 35 años.


Puntaje: 8,5/10


Directo al Mp3: "Under the Ocean", "Astorolus - The Great Octopus", "Black Trinty", "The Omega Circle"



 

Staff:


Mappe Björkman: guitarra rítmica

Lars Johansson: guitarra líder

Jan Lindh: batería


Rickard Nilsson: teclado (tracks 1, 3 y 4)

Carl Westholm: mellotron (track 4)

Andreas "Habo" Johansson: batería (outro track 8)

Michael Blair: percusión

Tony Iommi: guitarra líder (solo track 3)


Svante Forsbäck: mastering

Erik Rovanperä: trabajo artístico

Kinan Faham: fotografía

Marcus Jidell: producción y grabación



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