Género: Epic Doom Metal
Lista de temas:
01 - "The Ninth Templar (Black Candle Flame)"
02 - "Key of Solomon"
03 - "Our Reverend's Grave"
04 - "Ephocal Vestiges"
05 - "Christ Is Dead"
06 - "The Snake Handler"
07 - "Oath of Exile"
08 - "Enslave the Heathens"
09 - "Beneath the Torchfire Glare"
10 - "The Ruins of the Fading Light"
Origen: Filadelfia, Pennsylvania, EE.UU.
Discográfica: Dark Descent Records
El 2019 fue un gran año para el heavy metal, a nivel calidad (obviamente en ventas no), una cuantiosa cantidad de discos más que interesantes han salido en esos 365 días. De entre todos esos álbumes, el segundo de Crypt Sermon es uno de los mejores; tanto la crítica de los medios especializados como el publico eligieron a The Ruins of Fading Ligth como una de las grandes entregas que vieron la luz el año que pasó. Lo digo sin vueltas, este trabajo salido del under no tiene nada que envidiarle a grandes bandas de renombre en el ambiente; estamos frente a una entrega que derrocha profesionalismo e ideas novedosas y llamativas. Este quinteto de Filadelfia se forma en 2013, en el marco de una escena doom estadounidense algo estancada; según Enrique "Reek" Sagarnaga (batero), Crypt Sermon se propuso renovar los aires del género que se orientaba más que nada al sonido stoner metal de bandas como Sleep. Sin dudas, con The Ruins... cumplen su cometido innovador, ciertos medios concluyen en que han llegado a expandir los límites del doom metal, y si con eso no bastaba el trabajo es una joya. Así que si le parece al lector/a veamos que los hace especiales.
Para empezar, cabe decir que este es un trabajo muy laburado (como muchos otros). Luego de 4 años de su disco debut la banda se propone elaborar una placa "más madura", su idea es no sonar como siempre, lo cual los hace experimentar con nuevos sonidos y desarrollar con mayor profundidad los elementos que caracterizaron a su predecesor. A su vez, las canciones fueron minuciosamente trabajadas, se realizaron demos de las mismas antes de entrar al propio estudio, donde fueron más trabajadas y perfeccionadas; muchas de estas canciones fueron descartadas porque no cumplía los altos estandares que se autopropuso el conjunto. Está claro que cada track tiene balance perfecto entre letras elaboradas, sofisticada composición musical, el ultra satisfactorio trabajo de producción y el habilidoso desempeño de los músicos como tales. El sónido del disco es bastante pesado y contundente, es oscuro pero no tan denso como otros trabajos del género; tiene momentos épicos y experimentales. Ya desde el primer track se dejan ver estas cualidades; todo comienza con un coro grave y el sonido de veloces galopes equinos (al fiel estilo del Age of Empires II), que luego dan lugar a un pesado riff de guitarra que roza el machaque por momentos; esto sumada a las vocales limpias de Brooks Wilson y la sólida base rítimica convierten "The Ninth Templar (Black Candle Flame)" en el perfecto inicio para este disco, por como intercala adecuadamente estos elementos. Otro aspecto que no puede ser pasado por alto es la temática abordada por la banda; la portada y las letras suelen transportarnos a escenarios fantásticos, pero no al estilo feliz y luminoso del power metal de los 90's, estos son páramos lúgubres y desolados. En las líricas, escritas en su totalidad por Wilson, nos podemos encontrar referencias esotéricas, reflexiones personales o historias inspirados en la Biblía y la mitología judeo-cristiana; todas atravesadas por un discurso derrotista y de perdición, característicos del doom metal. Considero que la capacidad letrista de Wilson es impresionante, podría pasar horas hablando sobre las líricas; pero más que nada quisiera destacar canciones como "Our Reverand's Grave" o "Christ is Dead", por su sutil invitación a reflexionar. La primera relata de primera mano los sentimientos de un sacerdote cristiano que al morir se encuentra con la nada, se lamenta por los años de servicio y sacrificio entregados a su Dios, el cuál no responde a su llamado en la ultratumba; la frustración y la pena lo invaden constantemente mientras se hace profundos cuestionamientos sobre su existencia que ahora son solo recuerdos. A lo largo de los 7 minutos que dura el tema, el arrepentimiento de este reverendo se ve perfectamente acompañado por los cambios de riffs y bases instrumentales que en todo momento dan una sensación de desolación. Por otro lado, "Christ is Dead" es una narración del Armagedon, para los cristianos este evento es el enfrentamiento final entre Dios con los gobiernos del hombre que lo rechazan, representa el fin del mundo como lo conocemos, la última batalla contra la maldad. Las fuerzas celestiales serán conducidas por Jesucristo en persona junto con sus ángeles y arcángeles que están destinados a derrotar a los mundanos. Sin embargo, acá la banda nos plantea otro resultado, en el que las fuerzas celestiales son derrotadas, allí destrozado, el arcángel Phanuel se lamenta por la muerte de Dios en la batalla; creo que acá la banda quiere hacernos cuestionarnos con esta alegoría ¿Es una referencia a la derrota de la bondad en nuestro mundo por parte de los corruptos que nos dominan? ¿Es un guiño a la filosofía nietzschiana con respecto a la "muerte de Dios"; el fin de los límites morales judeo-cristianas que nos imponía la fe ciega en las santas escrituras, producto del advenimiento del iluminismo y la modernidad, son representados en el fracaso del ejercito cristiano? Un poco de todo creo yo. El tema construye un aura bastante oscura, empieza con riff enérgico y demoledor (el mejor del álbum) acompañado de coros, pero ya para el verso recurren a un estilo más sabbathero. Esta canción es el perfecto ejemplo de porque hay que escuchar a los discos enteros, como un todo integrado y no como un rejunte de canciones sin relación entre sí, el corto tema instrumental que le antecede a "Christ Is Dead", "Epochal Vestiges", es bastante ameno y da una sensación de tranquilidad entre tanto caos, con sus lineas de flauta y sintetizadores va creando un ambiente que introduce perfectamente el riff de su sucesor. Todos los instrumentales de este disco son buenísimos, y cumplen muy bien la función de interludio entre tanto doom, nos dan un respiro para que la banda vuelva con mas fuerza todavía; por su parte "Oath of Exile" es un tanto más tradicional en su estructura e instrumento utilizado, básicamente consiste en una guitarra acústica con un fondo de lluvia. Por el contrario, y al igual que "Epochal...", "Enslave the Heathens" es un tanto exótico, tiene un estilo típico de la música de Oriente Medio, con sus instrumentos propios como el laud, para poner un ejemplo. Ambos temas fueron escritos por la compositora sueca, Grabesmond; mientras que el tradicional "Oath..." fue compuesto por James Lipczynski, guitarrista de la banda. A su vez, a lo largo de todo el disco podemos encontrar pasajes donde la música se torna épica, con coros agudos y riffs un tanto melódicos; se hace clara la influencia de bandas clásicas como Iron Maiden y Manowar, citadas por Reek como ídolos de Crypt Sermon. Por su parte el metal extremo también se hace presente a nivel estético y musical, hay dobles bombos, machaques y un logo que parece más de death metal que otra cosa; entre las influencias también se cita a Bathory. Estos dos aspectos sumado a la influencia de bandas clásicas del doom metal le dan al quinteto filadelfiano un sonido característico y fresco, además de las adiciones artísticas personales de la banda.Como quiera que sea, habría que aclarar algo, esta no es una placa que se caracterice por contar con canciones gancheras o estribillos compradoras; la estructura de las canciones va por otro lado, excepto en "The Ruins of the Fading Light" o "Key of Solomon". Este último es, a mi parecer, el mejor tema de metal del 2019; tiene todo lo necesario para convertirse en un clásico de la década, debido a su riff entrador, unos coros más que cautivadores y el fresco sello de la banda; no suena a nada anterior. La letra aporta a profundizar este sello esotérico particular, por su parte, la figura de Salomón aparece en los mitos abrahamánicos como un destacado rey de Israel, siempre fue descrito como un personaje de suma sabiduría y poseedor de un poder sobrenatural sobre los espíritus; no es de extrañar entonces que muchas sociedades ocultistas recurran a su figura para simbolizar conocimiento y venerarlo. A su vez, el título refiere a un grimorio del siglo XVII conocido como "La llave menor de Salomón", este libro contiene detalladas descripciones de espíritus y demonios, y de los conjuros y rituales que se deben realizar para invocarlos y controlarlos. La letra relata las adversidades a atravesar para adquirir a este conocimiento oculto. En general este estilo macabro lo podemos encontrar en casi todas las canciones. Bueno para que la reseña no se me vaya al carajo voy a concluir.
Como dije antes este es un discazo. La joven banda nos presenta una entrega digna de los más
grandes elogios, Crypt Sermon innova y no va a lo fácil; en todo el disco tenemos cambios de ritmo, pasajes de guitarra acústica y utilización de instrumentos poco convencionales. A su vez, cuando va a lo esperado de una banda de doom también la rompe, los riffs son una aplanadora que te pasa por arriba, los solos son caóticos, la frenética batería de Reek no para de romperla y hay un ambiente sombrío muy bien logrado. Este sonido pesado y oscuro, mezclado con elementos épicos y progresivos nos obsequian 55 minutos de goce y propuesta fresca; dudo mucho que te aburras con este disco o digas que escuchaste algo parecido. Pero ojo, no es un álbum para escuchar a la ligera, escucharlo de fondo prestándole poca atención no tendrá el mismo efecto que dándole su debido tiempo. Por su parte, las letras se merecen un párrafo aparte, pero no tengo nada para decir de ellas que no haya dicho antes, son complejas y reconfortantes de leer. Aquellos/as que hayan leído otras reseñas mías notarán que valoro mucho que los conceptos que los músicos busquen expresar se vean bien acompañados por la composición instrumental, y viceversa; The Ruins of Fading Light gana en este aspecto por goleada. Hay un aura derrotista que atraviesa todo el disco, a pesar de que sea un tema fantástico como "Christ Is Dead" o uno introspectivo como "The Ruins of Fading Light", que medita sobre el fracaso de nuestras normas morales y leyes creadas para funcionar en un mundo caótico y de como nos aferramos a ellas por más que a la larga parecen no tener sentido. Esta faceta pesimista se ve bien acompañada por un sonido oscuro y podrido, que no descuida su costado emotivo (uso de sintetizadores, coros, etc.). Por otro lado, no podemos dejar de mencionar el trabajo de producción y diseño artístico. Ese sonido original se debe, junto con las ideas de la propia banda, al trabajo de Arthur Rizk como productor, quien realmente logra establecer un sónido homogeneo y particular en esta entrega, el propio baterista de banda afirma que el talento de Rizk es "lograr que cada banda con la que trabaje tenga su propio sello personal". En lo que respecta al diseño artístico, la portada es un poema; cautiva instantáneamente al internauta, la misa negra que se representa en la misma y la neblina que invade el paisaje le dan al trabajo una dosis de misterio que despierta el interés por escucharlo y adentrarse en esos oscuros lugares a los que nos planea llevar la banda. No puedo dejar de mencionar que la tapa es una obra de Wilson, osea el tipo es letrista, vocalista y encima te hace una portada de la puta madre ¿Que más querés? En fin, por todo esto que expuse a lo largo de la review, considero que acá no hay fallas de ningún tipo, objetivamente el disco es impecable; sin embargo a nivel personal creo que tampoco me voló la cabeza en general, aun así cada vez que lo escucho lo disfruto màs, tal vez con el tiempo vaya haciéndose de un lugar privilegiado en mi podio y la valoración subjetiva aumente. Recomiendo este disco a cualquier persona que le guste el metal, lisa y llanamente.
Puntaje: 9
Directo al MP3: "The Ninth Templar (Black Candle Flame)", "Key of Solomon", "Our Reverend's Grave", "Christ Is Dead".
Staff:
Brooks Wilson: Vocales y diseño artístico
Enrique "Reek" Sagarnaga: Batería
Steve Jansson: Guitarra
James Lipczynski: Guitarra
Frank Chin: Bajo
Grabesmond: Compositora del track 4 y 8
Arthur Rizk: Producción, mixing e ingeniero
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