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Foto del escritorMarley Jevi

Review: Grave Digger - "The Reaper" (1993)

Género: Speed metal, heavy metal


Lista de temas:


Lado A:

01 - Tribute to Death

02 - The Reaper

03 - Ride On

04 - Shadows of a Moonless Night

05 - Play Your Game (And Kill)

06 - Wedding Day

07 - Spy of Mas'On


Lado B:

08 - Under My Flag

09 - Fight the Fight

10 - Legions of the Lost (Part II)

11 - And the Devil Plays Piano

12 - Ruler Mr. H.

13 - The Madness Continues


Origen: Gladbeck, República Federal de Alemania (Alemania Occidental).

Discográfica: GUN Records


Los años 80's han sido, sin lugar a dudas, la edad dorada para un sinfín de bandas de rock. A su vez, nadie podría poner en duda el lugar protagónico que tuvo Estados Unidos durante este período, sobre todo en los últimos 3/4 de la década; ese lugar se debe, principalmente, a la irrupción del "glam metal" en la música mainstream global. El país norteamericano no solo era la cuna de las principales bandas del género, sino que también, la ciudad de Los Angeles se había convertido en el paraíso para todo aquel que disfrutara de ese rock pesado, simple y glamoroso, reinante por aquellos años. Músicos de todo el mundo venían al Sunset Strip como la tierra prometida, el lugar al que acudir para cumplir sus sueños y triunfar en el mundo de la música. Un inmenso número de soñadores se mudaron a la ciudad californiana, principalmente estadounidenses, con la ilusión de ser fichados por una compañía discográfica y convertirse en rockstars, como sus ídolos. Mientras tanto, en el resto del mundo, fueron muchas las bandas que buscaron replicar este sonido que parecía ser la respuesta a sus plegarias, un ticket de ida al éxito. El glam metal tomaba el sonido de bandas de hard rock y glam rock de los 70's, más que nada de New York Dolls, Aerosmith, Kiss y Van Halen, y les agregaba una forma más cruda y pesada de interpretarlo. A nivel estético, tomaba el excéntrico estilo de estas bandas y las llevaba a otro nivel; los pintalabios, los pelos batidos, las ajustadas calsas animal print y una actitud excéntrica en el escenario eran la norma básica para cualquier conjunto musical de glam metal. Sumado a esto, estaba la filosofía de vida que estos músicos adoptaban, que básicamente consistía en tres pilares: sexo, drogas y rock n' roll. Las letras eran un claro reflejo de su forma de vida: llegar al fin de semana, tener amoríos cortos y alocados, escabiarse y mandarse por la nariz todo lo que haya y alabar al rock. Muchas bandas lograron el éxito con esta formula, las principales son Motley Crüe, Poison, Guns N' Roses, Cindirella y Ratt. Todos ellos se hicieron millonarios antes de llegar a los 30 y se embarcaron en un viaje de excesos, hedonismo y descontrol, osea la meta de todo pendejo glamer con su bandita. Obviamente, hay grandes diferencias entre estos grupos y el glam metal en general, no es un género homogéneo, pero no es mi interés abordar el tema en profundidad y ponerme a distinguir entre diferentes oleadas o escenas. A su vez, algunas de las bandas ya existentes se subieron a la ola y tomaron ciertos elementos del glam metal para escalar en ventas y sonar en la radio más seguido. Ejemplos sobran, algunos exitosos como Kiss, Alice Cooper, Aerosmith o Scorpions, otros que dieron mucho de que hablar, como es el caso de Judas Priest y Saxon. Pero, a su vez, ciertas bandas emergentes que habían alcanzado cierto éxito y buscaban lograr un reconocimiento masivo decidieron volcar su sonido, generalmente más pesado y agresivo, al de los extravagantes chicos del Sunset Stip. Mi colega, el Wailo, reseño recientemente uno de este tipo de trabajos, Cold Lake (1987), de Celtic Frost, para este blog; yo quiero hablar, en particular, de Stronger Than Ever (1986), de la banda Digger. Sin embargo, no voy a reseñarlo, sino que voy a utilizarlo como punto de partida para contextualizar el trabajo que posteriormente analizaré.


Por su parte, Grave Digger es una de los principales exponentes de la primera ola de heavy metal alemán, junto con Running Wild, Rage, Sinner y, por supuesto, Helloween, a los cuales Accept les había abierto el camino. Para 1986, la banda ya había publicado 3 interesantes trabajos, caracterizados por un sonido clásico pero agresivo, sobre todo por la poderosa y estridente voz de Chris Boltendahl. La banda gozaba de un modesto reconocimiento en Europa, principalmente en Alemania Federal/Occidental, ya había realizado giras en Norteamérica y había firmado un contrato con la multinacional Noise Records. A pesar de este relativo éxito, su último disco, War Games (1986), no había vendido la cantidad de copias esperadas, por lo tanto, los chupasangre de la discográfica empezaron a presionar a los músicos para que orienten su sonido a los parámetros del arena rock y el glam metal. La cohesión y la promesa de éxito fueron suficientes para convencer a Chris y compañia de su estilo musical. Al menos, tuvieron la decencia de cambiar el nombre, pasándose a llamar solamente Digger. En 1987, publican el polémico Stronger Than Ever, la materialización de este nuevo camino. El trabajo fue considerado un desastre por esos años, la verdad es que el disco no es tan malo, simplemente es mediocre, lo que sí es imperdonable es esa portada espantosa. Realmente no se que quisieron hacer, ese sonido que no les quedaba y sumado a ese Pato Donald salido de Blade Runner o Terminator estaban destinados al fracaso. Si este disco hubiera salido el años pasado nadie hubiera dicho nada, los fans habrían hecho saber su disconformidad a la banda y listo, pero en aquel entonces todo era distinto, el sonido crudo de las primeras placas de Grave Digger les había ganado un grupo de fans que veía con malos ojos a los hijos y malas copias de New York Dolls. Las bandas pesadas recibían una gran aclamación en los circuitos under, varios grupos de adolescentes habían adoptado un discurso que rechazaba las tendencias del mercado de la música y defendían una forma de hacer metal alejada del sonido de Sunset Strip. Estos pibes amaban aquellas bandas que apostaban por un sonido agresivo, a las cuales pagaban con una implacable fidelidad, tomaban muy en serió los valores que encarnaba el true metal (metal verdadero), en oposición al false, encarnado por Motley Crue y sus colegas. Es por eso que, cuando Stronger Than Ever vio la luz, prácticamente nadie le dio el visto bueno. El disco fue un fracaso a nivel ventas y los fans de la banda se lo tomaron como un insulto personal, una traición; la gira de presentación fue un desastre, legiones de adolescentes los abuchearon en sus shows y les lanzaron al escenario copias de sus anteriores trabajos. Lo cual, me hace sentir mucha pena, puesto que Chris Boltendahl parece uno de los tipos más buenos del planeta, solo tomó una mala decisión y la pagó caro.


Como quiera que sea, el golpe para fue tan duro que ese mismo año, la banda se disolvió. Al parecer, el sueño de Grave Digger había terminado para siempre. Por su parte, Chris Boltendahl y Uwe Lulis, guitarrista del disuelto conjunto desde 1986, deciden no retirarse del mundo del metal y apuestan por una nueva banda: Hawaii. Formada en Westfalia, Alemania Occidental, en 1989, la banda Hawaii era una rara combinación entre música y estética, eran unos tipos tocando speed metal y vestidos para ir a la playa, en camisas y mayas. La temática oscura de sus letras y su sólido sonido no pegaba ni con moco con el nombre y la presentación de la banda. Ese mismo año, logran grabar un demo de 11 tracks, al que denominaron Bottles and Four Coconuts. El nuevo proyecto no duró mucho, nunca lograron llegar a trabajar en un disco oficial o firmar contrato con una compañía y para 1991, se desintegra. Por suerte, ese mismo año, Chris y Uwe remplazan el nombre Hawaii y esa estética playera para volver con Grave Digger. Al poco tiempo son captados por GUN Records y en 1993, luego de un demo y un EP promocional, lanzan su disco de regreso: The Reaper. La propuesta musical de este álbum es más concreta que la de los discos ochenteros, acá se nos presenta una banda mucho más enfocada, con ganas de innovar y brindar un trabajo solido. El sonido es agresivo y pesado, si bien, Grave Digger ya se caracterizaba por ostentar un estilo directo y arremetedor, pero en esta placa lo llevan a otro nivel. Eso sí, nunca le quitan protagonismo a las melodías. Este estilo no es del todo nuevo, la propuesta musical comienza a desarrollarse en Hawaii (la banda), la mayoría de los temas del demo Battles and Four Coconuts fueron relanzados en The Reaper, pero ahora sonarían más pulidos y profesionales, gracias al prolijo trabajo de producción de la dupla Lulis y Boltendahl, sumado al del ingeniero Piet Sielck. Por ende, en el disco se nos presentan ideas bastante laburadas, luego de años de tocarlas una y otra vez, lo cual explica, en parte, porqué el disco es tan bueno. Esas canciones de speed metal puro ahora encajaban perfectamente con el ethos de la banda, que volvía a vestir las tachas y el cuero y a llamarse "Cavador de tumbas"; los planetas se habían vuelto a alinear. Las letras y la temática del disco son oscuras, los tópicos que son tratados suelen referir a la muerte o la edad media (generalmente reconocida como la era oscura de la historia humana), abordada desde un perspectiva de misterio. El propio titulo del disco refiere a La Parca, que en los países angloparlantes también se la llama como "Grim Reaper". Pero también puede que el título se inspire en la novela Reaper Man (1991), del escritor inglés Terry Pratchet, que básicamente trata sobre La Muerte y sus desventuras, al ser despojado de su labor y condenado a la mortalidad. Al ser mortal, debe trabajar para una anciana arrendataria como segador (reaper en inglés). Desde entonces, la banda pasa a utilizar la imagen de La Parca como un sello propio y como "mascota". Irónicamente Grim Reaper aparece en todas las portadas de los discos que salieron desde que la banda volvió, excepto en este, que tiene su canción. Por su parte, la portada es básicamente la pintura Death as Victor, obra del pintor alemán Alfred Rethel, finalizada en la primera mitad del siglo XIX. En la pintura podemos ver claramente a La Parca montada en un caballo y coronada con la victoria en batalla (aunque en los países angloparlantes, generalmente, es representada como un hombre, así que debería referirme a Death, como "el"), claramente el único que sale totalmente victorioso en una batalla. La portada es un acierto y refleja perfectamente esa atmósfera macabra que quisieron darle al sonido del disco y su temática lírica.


El disco inicia con "Tribute to Death", una intro oscura y corta, de casi un minuto y medio, que también sirve como preludio al segundo track, "The Reaper". Esto marca el comienzo de una tradición discográfica de la banda, a partir de ese entonces casi todos los álbumes tendrían una pequeña intro lenta, a veces es un instrumental y otras es un recitado. Por su parte, el tema homónimo es una declaración de los principios que marcarían la música de Grave Digger a partir de ahora. Las desgarradoras vocales de Boltendahl son un ataque al oyente, una clara demostración de crudeza, la guitarra Uwe Lulis es filosa y chirriante, llegando a ser más rápida que en trabajos anteriores, lo mismo la batería con Jörg Michael, que casi llega al blast beat. Por su parte, el bajo destaca poco y nada. Con respecto a la letra, es una clara alusión a la vuelta de la banda, el estribillo dicta "The Reaper has returned" (La Muerte ha regresado). Le sigue "Ride On", que sigue en el mismo riel que su predecesora, pero esta vez con mayor enfoque en la melodía. Luego, nos encontramos con "Shadows of a Moonless Night", más cercana al heavy metal clásico; la canción deja ver una clara influencia de Judas Priest en la parte instrumental, pero la inconfundible voz del frontman de Grave Digger le da un toque muy original. Es un tanto más lenta que sus predecesoras y cuenta con unos coros muy gancheros. El frenesí incontenible vuelve con "Play Your Game (And Kill)", donde destaca la imparable batería de Michael. A grandes rasgos, podríamos decir que el disco cuenta con dos tipos de canciones, por un lado, están aquellas veloces y violentas, al puro estilo speed metal (o un power metal bastante agresivo) y por el otro lado, se nos presenta un grupo temas que están en un limbo entre el heavy clásico e incluso con el hard rock (como es el caso de "Under My Flag") con el sonido de la otra clase de cancions. Ya llegando a la ultima parte del trabajo, nos encontramos con grandes tracks como "Legions of the Lost Part.II", que dista de ser una continuación de su canción "Legions of the Lost", de su primer LP, Heavy Metal Breakdown (1984), es más bien una reversión de la misma. El tema empieza con una atmósfera de tranquilidad y misterio dominada por una guitarra acústica, a la cual se le suma las vocales de un sosegado Chris Boltendahl. La tensión va subiendo de a poco hasta llegar al climax de la canción, en donde volvemos con los elementos comunes de la banda (machaque de guitarra eléctrica, vocales exaltadas, etcétera). La letra en sí, nos habla de un ejercito de muertos vivos, condenados a servir al Infierno y a arrazar el mundo del ser humano. Después viene "And the Devil Plays Piano", un tema a medio tempo, con un tono un poco irónico a la hora de ejecutar los instrumentos, debido a la intención de acompañar una letra un tanto satírica. El Diablo toca el piano como música de marcha para digitar el accionar de sus sirvientes en nuestro mundo, entre los cuales hallamos políticos, militares carniceros, dirigentes crueles y otros de esa calaña. Es una clara alusión al concepto del Infierno (encarnado por sentimientos como la avaricia, la crueldad o la corrupción), como algo propio de la naturaleza de nuestras sociedades. El final llega con "Ruler Mr. H.", que cuenta con un interesante y estridente riff. Todo cierra como empezó, con un instrumental corto de apenas un minuto y medio, que sirve a modo de outro y se lo denomina "The Madness Continues".



Finalmente, podemos decir que estamos frente a un gran disco de regreso. The Reaper es la conclusión de una historia de redención, en la que una banda que había sido condenada por sus propios errores, provocados por la ambición, vuelve mucho más potente que nunca, en una época en donde los grupos de metal acoplan su sonido a los parámetros del mercado masivo, o por el contrario, como es el caso de Grave Digger, lo endurecen. Mi idea desde el principio no fue hacer una reseña puramente centrada en el disco, me pareció que sería de mayor interés analizarlo en un contexto más amplio. Con una propuesta honesta y recrudecida, la banda vuelve y más adelante nos entregaría, 4 de los mejores álbumes de los 90's: Heart of Darkness (1995), Tunes of War (1996), Knights of the Cross (1998) y Excalibur (1999), de los cuales hablaré en otros post. A día de hoy, Grave Digger hace giras a nivel mundial, tiene un lugar privilegiado entre los principales festivales de heavy metal europeos (osea los más importantes del mundo), llegando a tocar ante decenas de miles de espectadores; se la coloca en un lugar de culto y cuenta con una amplia legión de fans, que son de los más fieles dentro de la comunidad. Definitivamente valió la pena volver, tuvimos mucha suerte de que la dupla Lulis-Boltendahl haya tenido una segunda chance. Entonces, The Reaper significa mucho más que una conclusión, también es un grato nuevo comienzo. El disco en sí, es bastante satisfactorio, sin embargo, se queda corto con sus predecesores, todas sus fallas se ven corregidas en los álbumes venideros. Aun así, su lugar es importante, ya que sienta las bases para los proyectos futuros y hace que toda la escena se de vuelva hacía ellos y diga "uh, estos tipos todavía tiene algo que decir". Por momentos es un tanto repetitivo o esperable, es decir, empieza una canción y ya sabes para que lado va, no hay ninguna sorpresa, por ejemplo "Fight the Fight" o "Ruler Mr. H". Por su parte, las letras no son muy interesantes, sacando algunos casos como "The Reaper", "Shadows of a Moonless Night", entre otras. Afortunadamente, esto cambiaría radicalmente de aquí en adelante. El disco es un tanto desproporcionado, es decir es mucho más interesante en el principio, a la mitad decae un poco, aunque al final repunta. Pero, si comparamos sus falencias con sus aciertos, la balanza se inclina por los segundos holgadamente. Las canciones son, en general, geniales y gancheras, la nueva propuesta musical es original, el trabajo de producción es muy destacable y el desempeño de los músicos termina siendo magistral. En sí, es un trabajo interesante y también lo es reseñarlo, debido a su historia y la coyuntura en la que surge. Como el ave fénix, Grave Digger, ha renacido de las cenizas, más fuerte y majestuoso que nunca; después de todo La Parca había vuelto, y lo había hecho con todo.


Puntuación: 8.5/10


Directo al Mp3: "The Reaper", "Shadows of a Moonless Night", "Play Your Game (And Kill)", "Legions of the Lost", "And the Devil Plays the Piano"




 

Staff:

Chris Boltendahl: Vocales, producción y concepto de la tapa.

Uwe Lulis: guitarra y producción

Jörg Michael: batería


Piet Sielck : guitarra líder (track 11), efectos, teclado en (track 1 y 11)

Rolf Köhler: coros

Billy King: coros


René Bonsink: fotografía

Petrus Lohdograficus: diseño

Tomi Göttlich: concepto de la tapa

Peter Dell: diseño de la tapa

Piet Sielck: producción, ingeniería, mixing, masterizado

Wolfgang Funk: productor ejecutivo

Mark Marthen: concepto de la tapa



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